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No hay salud física sin una buena salud mental.
«El dolor emocional no es algo que deba ocultarse y nunca hablarse. Hay verdad en el dolor y hay crecimiento en el dolor, pero solo si primero se saca a la luz».
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2030, la principal causa de discapacidad en el mundo será a causa de problemas de salud psicológica o mental, un dato preocupante.
La salud psicológica o mental es, según Wikipedia, el estado de equilibrio entre una persona y su entorno socio-cultural que garantiza su participación laboral, intelectual, las relaciones para alcanzar un bienestar y calidad de vida. También determina cómo un ser humano maneja el estrés, se relaciona con otros y toma decisiones.
Las estadísticas nos dicen que, una de cuatro personas tendrá un trastorno mental a lo largo de su vida. El 50% de los problemas de salud mental en una persona comienza antes de los 14 años; y el 75% antes de los 18. La pregunta es, ¿Estamos haciendo algo para prevenir esto?
El versículo de hoy dice:
“Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús”. – Filipenses 4:6-7
En el mundo tendréis aflicciones, dice Juan 16:33, pero estas cosas Jesús habló para que tengamos paz. Y es precisamente esa paz la que no logramos encontrar. Vivimos cada día de manera apresurada, el tiempo rebasa toda actividad y cuánto desearíamos que el día tuviera, al menos, un par de horas más.
Nuestra mente, muchas veces, juega en nuestra contra, no es que lo queramos, pero ponemos nuestra mirada en las cosas triviales que es inevitable generar problemas y conflictos internos.
De acuerdo al versículo de hoy, Pablo recomienda que, por nada debemos preocuparnos, que mediante la oración y súplica pongamos nuestras peticiones delante de Dios, y algo que es de llamar la atención es que, guardará nuestros corazones y mentes en Cristo, los órganos más valiosos.
“Nueve de cada diez enfermedades se originan en la mente —Por doquiera prevalece la enfermedad mental. Los nueve décimos de las enfermedades que sufren los hombres tienen su fundamento en esto. Puede ser que alguna aguda dificultad del hogar esté royendo como un cáncer el alma y debilitando las fuerzas vitales. A veces el remordimiento por el pecado mina la constitución y desequilibra la mente. Hay también doctrinas erróneas, como la de un infierno que arde eternamente y el tormento sin fin de los impíos, que, al presentar ideas exageradas y distorsionadas del carácter de Dios, han producido el mismo resultado en las mentes sensibles”. —Joyas de los Testimonios 2:143 (1885).
“La mente afecta al cuerpo —La relación que existe entre la mente y el cuerpo es muy íntima. Cuando uno está afectado, el otro simpatiza. La condición de la mente afecta la salud del sistema físico. Si la mente es libre y feliz, por una conciencia de bien hacer y un sentido de satisfacción en hacer felices a otros, crea una alegría que reaccionará sobre todo el sistema, produciendo una mejor circulación de la sangre y una tonificación de todo el cuerpo. La bendición de Dios es un poder sanador, y los que benefician a otros con generosidad sentirán esa maravillosa bendición tanto en el corazón como en la vida”.—Counsels on Health, 28 (1890); véase también Joyas de los Testimonios 1:179 (1876).
“Un cerebro sano y bien alimentado —El cerebro es el órgano e instrumento de la mente, y controla todo el cuerpo. Para que las otras partes del sistema estén sanas, el cerebro debe estar sano. Y para que el cerebro esté sano, la sangre debe ser pura. Si por los hábitos correctos en el comer y el beber se mantiene pura la sangre, el cerebro estará adecuadamente alimentado”. —Medical Ministry, 291 (1900).
Algo que deseo aclarar, no todo es oración, también se requiere acción y cuidado, porque mucho de lo que se mencionó con anterioridad tiene que ver con nuestros hábitos de vida, así que le dejo algunos consejos si queremos mejorar nuestra condición metal y no ser parte de las estadísticas que van encaminadas a una discapacidad mental para el 2030.
Consejos para mejorar nuestra salud mental:
- Descansa correctamente.
- Realiza ejercicio físico.
- Alimentarse de forma saludable.
- Mantener una mente ocupada.
- Proyectar pensamientos positivos.
- Mantener una buena comunicación.
- Tomarse un tiempo para relajarse.
- Ponerse objetivos y metas.
- Solicitar ayuda cuando sea necesario.
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El jardín de tu mente
La mente es un jardín, y nuestros pensamientos son las semillas que sembramos en él. Si plantamos semillas de amor, compasión y autoaceptación, crecerá una hermosa flor de paz y serenidad. Pero si sembramos semillas de autocrítica, miedo y duda, crecerá una maleza de ansiedad y tristeza.
Cuida tu jardín mental con gentileza y compasión. Riega tus pensamientos con positividad y esperanza. Y recuerda que, al igual que un jardín necesita sol y lluvia, tú necesitas autocuidado y amor propio para florecer.
No te rindas si encuentras malezas en tu camino. Con suavidad y paciencia, arráncalas y vuelve a sembrar semillas de amor y luz. Tu mente es un jardín precioso, y merece ser cultivado con amor y cuidado.
«Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida».
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Cuéntale a Dios tus problemas, solo el puede darte la mejor solución.
Vendrán orando y llorando. Yo los llevaré a corrientes de agua, por un camino llano, donde no tropiecen. Pues soy el padre de Israel… —Jeremías 31:9 (DHH)
En una charla sobre cómo superar los problemas. El orador comenzó contando un chiste muy gracioso. Por supuesto, todos los presentes rieron a carcajadas.
Después de unos segundos de pausa, el orador volvió a contar el mismo chiste, exactamente de la misma manera que la vez anterior. Algunos espectadores volvieron a reír, pero la mayoría solo sonrió levemente.
Luego, volvió a repetir el chiste por tercera ocasión. Esta vez no se escuchó ninguna risa.
Después de una pausa silenciosa e incómoda, el orador le dice a los presentes:
—Nadie puede reír de la misma broma una y otra vez. Entonces, ¿por qué lloramos una y otra vez por el mismo problema?
Cuando el pecado entró en el mundo se desencadenaron un sinfín de problemas como consecuencia, y desde entonces, el hombre ha derramado lágrimas en cada ocasión que ha sido necesario.
Estando en un funeral observaba a los familiares y amigos del fallecido y algo interesante que notaba es que, quienes confían en las promesas de Dios encuentran el consuelo en ellas y se les mira más tranquilos, sabiendo que Dios tiene el control de todo y que hay un propósito detrás de todo, no digo que no lloren por la tristeza, pero, en funerales donde están personas que no hacen suyas estas promesas en dolor y el llanto es más doloroso.
Antes las dificultades y adversidades en la vida, no te desesperes, aprende a confiar en Dios como quien confía en un buen amigo. Aunque no lo veamos, Dios siempre está a nuestro lado. El salmista dice:
“Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu”. – Salmo 34:18
Que si se preocupa Dios por tus problemas, por supuesto que sí, el apóstol Pedro dice:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. 1 Pedro 5:7.
El sufrimiento no será para siempre, Dios nos ha prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, donde no habrá más llanto ni dolor, porque todas las cosas viejas habrán pasado. Te recomiendo que leas Apocalipsis capítulo 21.
Dios te bendiga y que a partir de hoy sea tu compañero en todo momento, que encomiendes a Él todos tus caminos y nunca más sentirás que estas sola o solo.
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