DESTACADA
Nunca es tarde para decir: ¡Basta!
Si sientes que la vida no tiene sentido, que los problemas te están acabando, memoriza esta parábola:
“Un pájaro que vivía resignado en un árbol podrido en medio del pantano, se había acostumbrado a estar ahí, comía gusanos del fango y se hallaba siempre sucio por el pestilente lodo.
Sus alas estaban inutilizadas por el peso de la mugre, hasta que cierto día un gran ventarrón destruyó su guarida; el árbol podrido fue tragado por el cieno y él se dio cuenta de que iba a morir.
En un deseo repentino de salvarse, comenzó a aletear con fuerza para emprender el vuelo, le costó mucho trabajo porque había olvidado como volar, pero enfrentó el dolor del entumecimiento hasta que logró levantarse y cruzar el ancho cielo, llegando finalmente a un bosque fértil y hermoso».
¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! – Isaías 60:1
Los problemas son como el ventarrón que ha destruido tu guarida y te están obligando a elevar el vuelo o a morir.
Nunca es tarde. No importa lo que se haya vivido, no importan los errores que se hayan cometido, no importa las oportunidades que se hayan dejado pasar, no importa la edad, siempre estamos a tiempo para decir: ¡basta!
Para oír el llamado, tenemos que buscar la perfección, sacudirnos el cieno y volar alto y muy lejos del pantano.
Abandona la vía segura y cómoda. Lánzate a la ruta incierta, llena de enigmas e inseguridades y hazlo con la ayuda de Dios.
DESTACADA
El jardín de tu mente
La mente es un jardín, y nuestros pensamientos son las semillas que sembramos en él. Si plantamos semillas de amor, compasión y autoaceptación, crecerá una hermosa flor de paz y serenidad. Pero si sembramos semillas de autocrítica, miedo y duda, crecerá una maleza de ansiedad y tristeza.
Cuida tu jardín mental con gentileza y compasión. Riega tus pensamientos con positividad y esperanza. Y recuerda que, al igual que un jardín necesita sol y lluvia, tú necesitas autocuidado y amor propio para florecer.
No te rindas si encuentras malezas en tu camino. Con suavidad y paciencia, arráncalas y vuelve a sembrar semillas de amor y luz. Tu mente es un jardín precioso, y merece ser cultivado con amor y cuidado.
«Cuida tu mente más que nada en el mundo, porque ella es fuente de vida».
DESTACADA
Cuéntale a Dios tus problemas, solo el puede darte la mejor solución.
Vendrán orando y llorando. Yo los llevaré a corrientes de agua, por un camino llano, donde no tropiecen. Pues soy el padre de Israel… —Jeremías 31:9 (DHH)
En una charla sobre cómo superar los problemas. El orador comenzó contando un chiste muy gracioso. Por supuesto, todos los presentes rieron a carcajadas.
Después de unos segundos de pausa, el orador volvió a contar el mismo chiste, exactamente de la misma manera que la vez anterior. Algunos espectadores volvieron a reír, pero la mayoría solo sonrió levemente.
Luego, volvió a repetir el chiste por tercera ocasión. Esta vez no se escuchó ninguna risa.
Después de una pausa silenciosa e incómoda, el orador le dice a los presentes:
—Nadie puede reír de la misma broma una y otra vez. Entonces, ¿por qué lloramos una y otra vez por el mismo problema?
Cuando el pecado entró en el mundo se desencadenaron un sinfín de problemas como consecuencia, y desde entonces, el hombre ha derramado lágrimas en cada ocasión que ha sido necesario.
Estando en un funeral observaba a los familiares y amigos del fallecido y algo interesante que notaba es que, quienes confían en las promesas de Dios encuentran el consuelo en ellas y se les mira más tranquilos, sabiendo que Dios tiene el control de todo y que hay un propósito detrás de todo, no digo que no lloren por la tristeza, pero, en funerales donde están personas que no hacen suyas estas promesas en dolor y el llanto es más doloroso.
Antes las dificultades y adversidades en la vida, no te desesperes, aprende a confiar en Dios como quien confía en un buen amigo. Aunque no lo veamos, Dios siempre está a nuestro lado. El salmista dice:
“Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu”. – Salmo 34:18
Que si se preocupa Dios por tus problemas, por supuesto que sí, el apóstol Pedro dice:
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. 1 Pedro 5:7.
El sufrimiento no será para siempre, Dios nos ha prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, donde no habrá más llanto ni dolor, porque todas las cosas viejas habrán pasado. Te recomiendo que leas Apocalipsis capítulo 21.
Dios te bendiga y que a partir de hoy sea tu compañero en todo momento, que encomiendes a Él todos tus caminos y nunca más sentirás que estas sola o solo.
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