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El carácter del hombre, elemento clave para los últimos días.

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Es claro cuando el apóstol Pablo dice lo que debemos saber para los últimos días, previo a la segunda venida de Cristo. Te invito a leer 2 Timoteo 3. Pero, para nuestro estudio de este día, solo analizaremos el versículo uno:

 “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos” – 2 Timoteo 3: 1

Cuando Pablo expresa la palabra “debes” seguido por un infinitivo, en este caso el verbo saber, le da un sentido de obligación moral al “debes saber”, por lo tanto, como cristianos, es una obligación saber (tener conocimiento) cómo serán los tiempos peligrosos del cual hace mención este capítulo, pero más aun, cómo será el carácter del hombre para los postreros días, ya que esto será una evidencia clara del pronto regreso de Cristo.

¿A qué tiempos peligrosos se refiere Pablo?

Observemos lo que sucede en nuestro alrededor en el tiempo que vivimos y responde las siguientes preguntas:

¿Es seguro salir a las calles por la noche? ¿Es seguro dejar ir a nuestros hijos solos a la tienda? ¿Duermes tranquilo o tranquila sabiendo que un hijo anda fuera de casa con sus amigos? ¿Confías en las amistades que tiene tu hijo? ¿Puedes salir fuera y dejar sin seguro tu casa?

Si respondiste que no a la mayoría de las preguntas es porque los tiempos son peligrosos, pero aún lo serán más conforme los días avancen en este mundo.

Los tiempos se vuelven peligrosos debido a la conducta que los hombres desarrollan, mentes que se dejan dominar por Satanás. El espíritu de profecía dice en mensajes para jóvenes que:

Vivimos en tiempos peligrosos, cuando aquellos que profesan amar y obedecer a Dios lo niegan en su vida diaria”.

Pablo, conforme al carácter, muestra las dos formas de vida de una persona, y de acuerdo a la que uno decida vivir, es el rumbo y condición que le daremos a la sociedad en la que nos desenvolvemos.

  1. Hombres que viven conforme a sus deleites – 2 Timoteo 3:2-9
  2. Hombres que se deleitan en vivir para Cristo – 2 Timoteo 3:10-17

“Mirando a Jesús obtenemos vislumbres más claras y distintas de Dios, y por la contemplación somos transformados. La bondad, el amor por nuestros semejantes, llegan a ser nuestro instinto natural. Desarrollamos un carácter que será la copia del carácter divino. Creciendo a su semejanza, ampliamos nuestra capacidad de conocer a Dios. Entramos cada vez en mayor relación con el mundo celestial, y llegamos a poseer un poder creciente para recibir las riquezas del conocimiento y la sabiduría de la eternidad”. MCP, T1

Somos luz, ejemplo e influencia en este mundo, que nuestro carácter vaya marcado con el carácter de Cristo. Llegará el día que nuestro carácter contrastará de manera clara, y será inevitable el mensaje que estaremos dando a través de nuestro testimonio, tal como la luz contrasta de la oscuridad, Mateo 15:14, vosotros sois la luz del mundo.


 

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