Dios nos conoce, hasta en lo más íntimo.

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.  Juan 10:27

¿Conoces a una persona famosa? Algún cantante, actor, premio nobel, científico, etc. Muy probablemente si, si no en persona tal vez por televisión, por la internet o lo hayas conocido a distancia.

A finales del año 2008 tuve la oportunidad de estar presente en un concierto de Vicente Fernández, cantante mexicano del género ranchero, hoy ya fallecido. A la distancia podía ver y escuchar sus canciones, después de conocerlo por los medios lo conocí en persona, yo lo conocí, pero el a mi no, no supo que yo estuve ahí y mucho menos sabía quien era yo.

Algo que nos dice la biblia es que nuestro señor Jesucristo nos conoce, un ser supremo, por encima de cualquier persona famosa aquí en la tierra nos conoce, ¡Que maravilloso!

Nuestro Dios no solo nos conoce superficialmente, nos conoce en lo más íntimo. Salmos 139:1 dice:

“Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento”.

Que agradable noticia saber que no pasamos desapercibidos a nuestro Dios.

Sabiendo ahora que nuestro Dios nos conoce, tengamos presente que:

• Nuestro Dios nos conoce desde las entrañas. – Salmo 139:13
• Antes de saber lo que vamos a decir, Él ya lo sabe. – Salmo 139:4
• No podemos huir de su presencia. – Salmo 139:7
• Dios conoce nuestras emociones. – Salmo 139:19

Si en algún momento has sentido la soledad, sientes que tus oraciones no son contestadas, sientes que Dios te ha dejado solo o sola, es momento de cambiar ese pensar, Dios está cerca de ti, porque te conoce y conoce tu sentir. Deja que el trabaje, Dios nunca te dará una carga que no puedas soportar, si algo falta en tu vida Dios lo puede proveer todo, conforme a sus riquezas, Filipenses 4:19.

Oración:

Señor y padre, tú que me conoces y sabes que no puedo ocultarte nada, ayúdame a sentir que estás cerca de mí, guíame en todos mis caminos y hacer siempre tu voluntad. Se que te he fallado, pero hoy tomo la decisión de rectificar mi camino, porque se que me conoces y no puedo excusarme en nada, perdóname por mi pasado y ayúdame a vivir un menor presente y futuro. En el nombre de Jesús, amén.